sábado, 21 de diciembre de 2013

El carrito de la perdición

Ésta es una historia de mi accidentada primera compra en Florencia, en Abril del 2011, que además es la prueba de que mi sentido de la orientación ya era malísimo (o totalmente inexistente) antes de perder la visión (ahora que ni siquiera distingo las calles, os podéis hacer una idea;)
Al día siguiente de aterrizar en la ciudad, habiéndome instalado ya en el piso y conocido a mis coinquiline, necesitaba ir a un supermercado para hacer una primera compra, que sería bastante cuantiosa al ser la primera de los tres meses que duraba la beca.
La cosa es que descubrí un Esselunga un par de calles más abajo de donde estaba mi piso, así que me dirigí hacia él, hice la compra, llené el carro con las bolsas, volví al piso a dejarlas, y cuando me disponía a devolver el carrito vacío al supermercado...me perdí completamente por las calles que rodeaban el piso.
Imaginad a una chavala sola, dando vueltas sin rumbo por las calles de Florencia, empujando un carrito vacío en plan indigente. La gente con la que me cruzaba me miraba en plan "esta loca, ¿dónde irá?".
Al final, me atreví a preguntar a un par de señoras que tenían pinta de amables, y gracias a eso, re-encontré el super...y luego volví al piso, temiendo el momento en que tuviera que volver a comprar allí, porque estaba segura de que me iba a volver a pasar.

2 comentarios:

  1. Mi niña y su sentido de orientación :P
    Lo bueno, es que al final lo consigues, dando mas o menos vueltas, pero lo haces bien.
    Y el resultado es que tienes la compra en casa, el carro en el super, y una anécdota divertida para contar
    Brava ragazza!!!

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