domingo, 29 de diciembre de 2013

La niña que riega la albahaca

Esta historia viene de la obra de teatro de Federico García Lorca, a menudo representada en los títeres de cachiporra para niños: La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón .
También es in viejo cuento de tradición andaluza.
De hecho, las versiones que existen de esta historia, y las referencias a la misma en diferentes obras de distinta naturaleza, son tantas que es muy complicado saber cuál fue la original.
Lo que sí es cierto es que la idea de base es la misma en todas las versiones (un duelo-coqueteo de interrogantes extraños), aunque las preguntas cambien en cada una de las versiones.
Un ejemplo lo tenemos en la conversación que sostiene Javier con Luisa Fernanda, en la zarzuela del mismo nombre.


Del mismo modo, existe una pequeña obrita para niños, que la profesora de nuestro grupo de teatro del cole nos recomendó ir a ver, que cuenta la historia siguiente:
Había una vez un molinero que tenía tres hijas. En una ocasión en que tuvo que salir de viaje, volvió con un regalo para cada una de ellas, trayendo una maceta con albahaca para la más pequeña, que  ésta colocó muy contenta en la ventana, regándola todas las mañanas.

El príncipe del reino, que pasaba todos los días por esa ventana para ir a cazar, quedó totalmente prendado de la hermosa niña que cuidaba su planta.
Finalmente, un día se atrevió a acercarse a ella, y le pregunto:
- Niña que riega la albahaca, ¿cuántas hojitas tiene la mata?
Ella, tras pensarlo un poco, decidió que NADIE tenía derecho a marearla con preguntas imposibles de responder, y le contestó, muy zalamera:
- ¿Cuántas estrellitas tiene el cielo y arenitas tiene el mar?
El príncipe, sorprendido, no dijo nada más y se dirigió a su cacería como hacía cada día, pero en su cabeza maduraba un plan para vengarse.
Así pues, se disfrazó como encajero, y llevando una mercancía realmente hermosa, se puso a venderla bajo la ventana de la niña. 



Cuando ésta, ansiosa, bajó para intentar comprar algo, él príncipe-encajero le dijo que no vendería su mercancía por nada que no fueran besos.
Ella dudó, pero es que los encajes eran tan hermosos...así que finalmente le dio un beso al encajero para conseguir llevarse alguno a casa.
A la mañana siguiente, tuvo lugar esta conversación entre el príncipe y la niña:
- Niña que riega la albahaca, ¿cuántas hojitas tiene la mata?
- ¿Cuántas estrellitas tiene el cielo y arenitas tiene el mar?
- Y el beso del encajero, ¿estuvo mal o estuvo bueno?
La niña, furiosa, se dio cuenta de que había sido burlada, y cerrando la ventana de golpe, se metió dentro de su casa, planeando la revancha.



Desde ese día, su ventana permaneció cerrada a cal y canto, de manera que el príncipe, que seguía yendo cada día tratando de verla de nuevo, cayó enfermo de melancolía, y nadie en el reino sabía la causa de su enfermedad.
Entonces, la niña acudió al palacio disfrazada de médico, anunciando tener un remedio milagroso para la enfermedad del príncipe. Cuando se queda a solas con él, le mete un rábano por el culo (¿¿¿¡¡¡???), y sale corriendo hasta su casa.

Al día siguiente, con el príncipe ya repuesto, bajo su ventaba tuvo lugar la siguiente conversación:
- Niña que riega la albahaca, ¿cuántas hojitas tiene la mata?
- ¿Cuántas estrellitas tiene el cielo y arenitas tiene el mar?
- Y el beso del encajero, ¿estuvo mal o estuvo bueno?
- Y el rábano por el culo, ¿estuvo blando o estuvo duro?
La obra de teatro terminaba aquí (un poco brusco, ¿no es cierto?), aunque en el cuento original, ella se da a conocer cuando acude al palacio en calidad de "médico", y ambos terminan juntos.
El encajero puede ser un pescadero o un vendedor de uvas según la versión, pero lo que sí es cierto es que la conversación de la obrita de teatro era cantada con la misma música que usan en la zarzuela.

En Diciembre de 2014, releyendo una recopilación de  "Cuentos populares italianos", hecha por Italo Calvino, encontré un cuento milanés que es básicamente la misma historia, con la diferencia de que la planta en cuestión no es una albahaca, sino un tiesto de mejorana, y su protagonista se llama Estrella Diana.  
Del mismo modo, ambos jóvenes se enamoran mientras ella riega su tiesto, y mantienen un diálogo que va evolucionando en función de las jugarretas que se gastan.
Al final, él piensa que la mejor forma de vengarse es casarse con ella y después asesinarla en la noche de bodas (un poco extremo, ¿no). 

Sin embargo Diana, que sospecha que va a pasar algo, fabrica una muñeca rellena de natillas, que coloca en su lugar en el lecho nupcial. 
Cuando el marido, tras apuñalarla salvajemente, recibe en la boca el contenido de la muñeca, se lamenta por haberla matado "con la sangre tan dulce que tenía", y se alegra mucho de ver que sigue con vida. Y fueron felices...
El diálogo entre  los dos, al final del todo, queda así:
- Estrella Diana, Estrella Diana, ¿cuántas hojas tiene tu mejorana?
- Oh, muy noble caballero, ?¿cuántas estrellas hay en el cielo?
- Las estrellas en el cielo no se pueden contar.
- Mi mejorana no se debe mirar.
- Por un solo pescadito,
 me diste un lindo besito.
- Por tener un ceñidor,
le besaste la cola a mi mula.
- ¡Costurera, costurera, 
los escalones me tiran de la pollera!
- Yo soy joven, linda muertecita, 
¡ve a casa de mi tía, que ella es viejecita!



En vista de que, realmente no hay nada nuevo bajo el sol, si encuentro otra versión, la añadiré ;)

2 comentarios:

  1. QUE BRUSCA ES LA NIÑA. A PLACIDO DOMINGO ES UNA MARAVILLA OIRLE

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  2. Eso del rábano por el culo.....me deja "patidifusa".....!Que barbaridad!
    Ahora cuando escuche la zarzuela,no podre evitar acordarme del dichoso rábano, !mala persona!

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